martes, 26 de octubre de 2010

LECTURAS: ¡El Paraíso no existe!, pero ¿Qué sería de nosotros, sin la ayuda de lo que no existe?



Por esas extrañas casualidades de la vida la concesión del merecidísimo Nobel a Mario Vargas Llosa me encontró leyendo una de sus últimas obras, "El Paraíso en la otra esquina".

Voy a permitirme dejar constancia de la impresión que me ha producido esta historia urdida, a mi juicio, alrededor de una tesis: el fracaso de la búsqueda de la felicidad -individual o colectiva-  y el desgarro que genera no sólo en aquellos que se entregan con pasión a ello sino, también, en quienes les rodean.

Para ilustrar esta tesis el autor narra la peripecia vital de  Flora Tristan y Paul Gauguin; personajes a los que une una pulsión -el rechazo del mundo en el que viven- y a los que separa la forma de combatirla -reformándolo en el primer caso y huyendo de él hacia paraísos fabulados en el segundo. En ambos casos el aparente fracaso coronará sus intentos pero, como afirmaba Paul Valery en una frase que preside el relato: ¿Qué sería, pues, de nosotros, sin la ayuda de lo que no existe?

El vigor con el que escribe Mario Vargas Llosa no evita las serias dificultades que encuentra en trabar las dos historias -el nexo de parentesco entre los personajes carece de relevancia-; dificultades que resultan evidentes en la propia estructura del relato, fragmentado en capítulos en los que se alternan las tramas, que nos transmiten la sensación de estar leyendo no una sóla novela sino dos.

Después de la genial "La fiesta del Chivo" no era sencillo mantener el tono; creo que nuestro flamante Nobel no estaba aquí en su mejor forma.

Pronto tendremos ocasión de sumergirnos en la prometedora historia de "El sueño del celta".      

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