miércoles, 25 de marzo de 2009

AÑO MUNDIAL DE LA ASTRONOMÍA I

Coincidiendo con el 400 aniversario de las primeras observaciones astronómicas realizadas con telescopio por Galileo Galilei y la publicación por Johannes Kepler de la Astronomía nova, el año 2009 ha sido declarado Año Internacional de la Astronomía.

La propuesta fue realizada por la Unión Astronómica Internacional (UAI) y apoyada por la Unesco –el organismo de la ONU responsable de la política educativa, cultural y científica– tras una propuesta oficial por parte del Gobierno Italiano. Finalmente la Asamblea General de Naciones Unidas ratificó esta decisión el 19 de diciembre de 2007.
Puede ser esta una buena ocasión para acercar esta ciencia al público en general. Dedicaré, pues, a ello algunos artículos.

La sustancia de la Astronomía es la observación del cielo. Las luminarias que deambulan contra el fondo oscuro del firmamento han ejercido, desde siempre, una fascinación que ahora, en una época dominada por la luz artificial, sólo es perceptible cuando elevamos nuestros ojos hacia ese vasto espacio en la soledad de un paraje deshabitado.

La cadencia de movimientos repetitivos de esas luminarias condicionó durante siglos la actividad de la sociedad: día y noche marcaban los ritmos vitales de nuestros antepasados en un grado mucho más acentuado que ahora, las estaciones regulaban el trabajo de siembra y recogida de sociedades agrícolas o el momento de las migraciones de los pueblos nómadas.

También, esta regularidad sugirió la posibilidad de enmarcar los fenómenos dentro de un sistema y pronto surgieron esquemas explicativos que, desde un fondo mítico marcado por el antropomorfismo, fueron paulatinamente despersonalizándose hasta adquirir rango científico.

Durante este proceso fue produciéndose una separación difícil, e incluso a veces dolorosa, entre la astronomía, que Ptolomeo definió como aquella parte de la Doctrina de las estrellas por la que comprendemos las figuras que en cada momento adoptan los movimientos del Sol, la Luna y los astros, entre sí y con respecto a la Tierra, y la astrología: aquella otra por la que observamos, gracias a los rasgos naturales de esas mismas figuras los cambios que se van a operar en los seres.

Probablemente sea esta última, la astrología la que, aunque carente de toda base científica, mayor atención ha recibido por el profano –no hay sino que ver la credibilidad y el prestigio del que han gozado (¡y gozan!) los horóscopos, cartas astrales y demás zarandajas por el estilo.

Observar el cielo con mirada científica –hacer Astronomía, en suma– se remonta a la época griega, en los tiempos en que el mito devino logos.

Es en esa época seminal cuando el hombre comenzó a tomar conciencia del mundo en el que vivía: una Tierra esférica de la que fue capaz de determinar su radio (Eratóstenes) y unos objetos fascinantes –el Sol y la Luna– cuyas distancias relativas a la Tierra acotó y cuyos tamaños relativos cuantificó (Aristarco de Samos).

jueves, 19 de marzo de 2009

REFLEXIONES SOBRE POLÍTICA MUNICIPAL

Hace ya mucho tiempo que no me dedico a la política en sentido estricto y quizás por ello las reflexiones que vienen a continuación pequen de ingenuas. Asumo, no obstante, ese riesgo.

La distribución de poder municipal en la comarca del Valle de la Orotava ha seguido pautas diferentes en cada uno de los municipios: monopolio de poder nacionalista en La Orotava y alternancia entre estos y los socialistas en el Puerto de la Cruz y Los Realejos.

No conozco con demasiado detalle los entresijos de la pugna política en este último municipio y por ello mi comentario va a centrarse fundamentalmente en los dos restantes: el Puerto y La Orotava.

En el Puerto de la Cruz se han venido alternando al frente de la Corporación socialistas y nacionalistas, con mayorías ajustadas o insuficientes, y el balance de gestión -desde la época en que se perdió el monopolio como enclave turístico- no parece muy brillante. La continua alternancia es, por otra parte, todo un síntoma de la insatisfacción ciudadana con sus regidores a los que atribuyen la responsabilidad por el creciente deterioro sufrido por una ciudad que fue en su momento referencia turística del Archipiélago y a los que consideran incapaces de detenerlo.

La ciudad lleva, así, años sumida en una parálisis y en un estancamiento profundos que certifican, de hecho, la ineficacia de esa alternancia. No parece, pues, de recibo plantear, en la actual situación de crisis, una vuelta a la práctica de mociones de censura para repetir una historia ya conocida y una acentuación de la fractura ciudadana. Por el contrario, a mi juicio, lo que la ciudad necesita es un gobierno de concentración para solucionar problemas concretos y para fortalecer la voz de una zona, el Norte, debilitada y abandonada por un Cabildo y un Gobierno Autónomo que han apostado por el área metropolitana y el Sur. Estoy, además, convencido de que las legítimas y razonables diferencias ideológicas -esenciales y significativas a nivel de Comunidad o de Estado- son de menor relevancia en la gestión municipal y, en los actuales momentos de emergencia, aparcables.

Resultan pues, desde mi punto de vista, no sólo irresponsables, sino también de escasa visión política -a menos que obedezcan a intereses difícilmente confesables- los recientes llamamientos de D. Francisco Linares -Secretario de política municipal de Coalición Canaria- auspiciando la presentación de esa moción (sobre este asunto hablaremos más adelante) o las dificultades que en las instituciones insulares y autonómicas encuentra la corporación realejera para sacar adelante proyectos (según ha confesado su alcalde), en las altas instancias de su partido -Coalición Canaria- a las que no les gusta el gobierno de coalición de nacionalistas y socialistas.

Cualquier observador que aplicara ciertas dosis de sentido común vería con nitidez que un Norte cohesionado dificultaría la política centralista y sesgada al Sur que han venido practicando desde hace años el Cabildo y el Gobierno Autónomo. ¿Por qué razón no ha sido factible esa cohesión? ¿No resulta sospechoso que, ni siquiera en momentos en que todos los ayuntamientos del Valle tenían el mismo color politico -que coincidía con el del Cabildo y el del Gobierno Autónomo: nacionalista-, haya existido una acción concertada y mancomunada?

Las razones que explican este desencuentro quizás haya que buscarlas en la pugna que se desató por la hegemonía política y económica en el Valle, pugna que sin duda ha arrojado beneficios para La Orotava y Los Realejos, municipios hasta entonces colocados en un discreto segundo plano y con un desarrollo supeditado al empuje de la ciudad turística, pero que ahora es preciso aparcar.
La política no suele ser inocente -los intereses económicos menos aún- de forma que el sesgo hacia el Sur, auspiciado por el Cabildo y el Gobierno Autónomo, favoreció y alentó una batalla que le permitía no sólo debilitar, aún más, al Puerto de la Cruz sino, también, impedir que el Norte hiciera sentir su peso, demográfico, económico y político, para reequilibrar inversiones. Enzarzados en sus guerras intestinas el dinero voló a otros destinos.
Las consecuencias de esos desencuentros siguen padeciéndose y no parece, a la vista de las mencionadas declaraciones de Francisco Linares o a las quejas expresadas por el alcalde realejero, que vaya a acabar imperando la cordura y que los políticos norteños dejen de comportarse como "magos", los "magos del Norte" al decir de los capitalinos.
Otra política habría sido, y sería, posible si los tres municipios hubieran hecho valer su peso real en el concierto isleño obligando a ese reequilibrio; el concierto de soluciones y una política de acciones diversificadas y complementarias habría impedido el declive de un destino turístico que podría ofrecer algo más que sol y playa.
Creemos que aun se está a tiempo, pese a o, quizás, gracias a la crisis, de salvar los muebles y mirar de otro modo para actuar de otra forma: aunando esfuerzos.
¿Hay capacidad para liderar esta tarea?

lunes, 16 de marzo de 2009

LOS MECANISMOS DEL SENTIMIENTO RELIGIOSO



Este artículo, hijo de su tiempo, vio la luz en el número 5 de la revista "El Aguijón", antes —durante el franquismo— cuando no podía hablarse en voz alta de ello había circulado como panfleto.

Si tuviera que escribir sobre este asunto —algo que probablemente haré— cambiaría gran parte de lo que en él hace referencia a esa cándida esperanza de construcción de sociedades sin clases como espacios en los que los conflictos humanos se desvanecerían: el paso del tiempo y la realidad nos hacen ser más objetivos.


LOS MECANISMOS DEL SENTIMIENTO RELIGIOSO


El objeto de las presentes reflexiones no es ofrecer un análisis completo de algo tan importante, por lo que entraña para el hombre, como el sentimiento religioso; se trata simplemente de un intento de poner en claro algunos de los mecanismos a que responde ese sentimiento religioso, y contribuir así, en alguna medida, a hacer la crítica de la religión como alienación del hombre.

Desde nuestro punto de vista, es el hombre el que crea a sus dioses impulsado por una serie de carencias que se le imponen como duras realidades:

1- Carencia de inmortalidad
2- Carencia de conocimientos
3- Irrealización de toda una serie de potencialidades y posibilidades como consecuencia de las limitaciones que la sociedad en la que vive y se desarrolla, le impone, condicionándolo y anulándolo.

La primera de ellas se siente como tal carencia, por el deseo, connatural a lo vivo, de seguir viviendo. Sólo el hombre, de forma clara, con su conciencia de vivir, (conciencia que el animal o el vegetal no poseen), se enfrenta a la muerte como algo trágico, como una renuncia total que le resulta inadmisible. Se ve así en la necesidad de crear, de inventar otra vida, ¡simplemente para seguir viviendo de una ú otra manera!

La segunda de esas carencias es claramente perceptible si se observa, por ejemplo, que la concepción de los dioses ha ido evolucionando con el hombre. Dios tiene historia y ello prueba que no es algo exterior al hombre, sino que, por el contrario, como idea que responde a una serie de necesidades humanas, ha ido modificándose a medida que el hombre se alzaba desde el reino animal, donde todo era miedo e indefensión frente al poder de la Naturaleza —Dios como poder desconocido, el Sol, un volcán, etc.—, hasta nuestros días, en los que la idea de Dios responde a mecanismos más sutiles —el hombre ha separado de sí y de las relaciones entre seres humanos todo lo mejor y lo más deseable creando, por un lado, un ser exterior extraño a él y abstracto al que llama Dios, y por otro una vida ultraterrena de felicidad y reparaciones—. La lucha del hombre con la Naturaleza y la evolución de la sociedad y las estructuran sociales han ido eliminando el misterio, desvelándolo. Se le ganan posiciones al Dios—misterio y éste se humaniza paulatinamente. La ciencia, que ha jugado en este proceso un papel básico, expresa en cada época su concepción del mundo mediante teorías que pretenden dar una explicación coherente de los fenómenos conocidos, por medio de leyes que rigen los procesos. Una teoría científica no aspira a dar una explicación acabada sino que procede por aproximaciones sucesivas cada vez más amplias y abarcadoras. Tratar de “explicar” la creación del mundo mediante la introducción de un “ser inexplicable” no es un proceso muy diferente al que nuestros antepasados empleaban cuando atribuían la erupción de un volcán a la ira divina. Ambos responden a idéntica causa, la carencia de conocimientos.

La ciencia no ofrece aún explicación a Todo, de hecho se encuentra en proceso de avance, pero de ello no se deduce que no sea capaz de explicar, en un futuro más o menos remoto, lo que ahora nos resulta inentendible. Basta reflexionar, para hacer creíble esta hipótesis, en el proceso de desarrollo del conocimiento científico en nuestro siglo.

La tercera de las carencias antes reseñadas está en relación, de alguna manera, con el desconocimiento y alienación con que se vive la vida en una sociedad cuya estructuración en clases condiciona y anula múltiples posibilidades del hombre. Esta alienación y condicionamientos provocan una insatisfacción y frustración que se haría muy difícil de tolerar, si no existiesen toda una serie de mecanismos coactivos, (poder represivo de la clase dominante policía, información controlada, educación dirigida etc.), o sublimadores, (la religión, como opio del pueblo, para hacer soportable la miseria física y moral), que tratan de mantener inmutable una estructura social que favorece a una minoría.

Centrándonos en el problema de la religión, que ahora nos ocupa, es claro que la estructura de la que se dota a “la otra vida” responde a los mas íntimos deseos del oprimido —¡es tan satisfactorio el que la injusticia sea reparada siempre!—, aunque no olvide al opresor para el que resulta cómodo el que las reparaciones tengan lugar en la “otra vida” a la que se tiene un simple acceso mediante un sincero arrepentimiento in artículo mortis.

La insistencia en las reparaciones y satisfacciones que la otra vida proporcionará al individuo juega así un papel reaccionario, claramente beneficio so para la clase dominante, al adormecer y anular los deseos de hacer justicia en éste mundo. Se sanciona así, haciendo uso del sentimiento religioso, una estructura social injusta.

Las dificultades que existen para acabar con esa estructura social opresiva y el poder corruptor y anulador que ésta posee, provoca dos tipos de personas que, de una u otra forma, desarrollan mecanismos de defensa catalogables en alguna medida como religiosos: el nihilista—escéptico y el hombre gris.

Es claro el que por un lado las dificultades para eliminar las barreras que se oponen a la plena satisfacción de las aspiraciones humanas, y por otro la inexistencia de alternativas concretas, sugestivas, que permitan la incorporación de amplios sectores de población a esa lucha liberadora, provocan salidas de tipo individualista de las que son ejemplos claros las adscripciones personales, por la vía de la fascinación, a ciertas prácticas derivadas en alguna medida de religiones de tipo oriental, (las drogas, el yoga,...), así como una revitalización del misticismo y el irracionalismo, (las connotaciones de carácter liberador y salvador que tienen en el fondo los extraterrestres, tan de moda actualmente, son evidentes).

Por otra parte, la propia insignificancia, la insignificancia del hombre gris que vive una vida desprovista de estímulos, es extraordinariamente difícil de asumirse. El hombre gris se ve necesitado de nuevas oportunidades, que desaprovecha en su frustrada vida terrena, y crea “otra vida” en la que esa oportunidad se le brindará de nuevo. La comprensión de la amarga realidad que supone sufrirse como mediocre no es nada cómodo. Por ello, cuando no se ofrece una salida satisfactoria, revolucionaria en sentido amplio, la exaltación demagógica del “valor” del hombre gris y la utilización de sus represiones y frustraciones en provecho de poderes e intereses reaccionarios, conduce a fascismos de todo tipo.

El carácter político que posee la comprensión de estos hechos, de esas carencias a las que hemos hecho alusión, es evidente al ponerse de manifiesto, por un lado la utilización de la religión para mantener el orden establecido por una minoría privilegiada, y por otro el que esa estructura social clasista es la productora de la frustración y anulación del potencial y aspiraciones que como seres humanos poseemos y que podríamos desarrollar en otro tipo de sociedad sin clases.

De la exposición anterior se infiere que el segundo de los mecanismos del sentimiento religioso, —la carencia de conocimientos— , es posible eliminarlo a medida que la ciencia avanza, ya que responde a motivos de tipo racional.

Los restantes, sin embargo, obedecen a procesos de carácter más instintivo, irracionales; la pérdida de la vida y la asunción de la propia mediocridad son realidades excesivamente duras para el hombre.

Obviando el problema de la finitud de la vida humana y de la angustia que conlleva esa evidencia, una reflexión inmediata a propósito del tercero de los mecanismos de soporte del sentimiento religioso muestra el que si un sistema político-social no potencia al máximo las capacidades individuales del hombre que vive en colectividad, provoca la aparición y el reforzamiento de los sentimientos religiosos al no extinguir y acabar con lo que constituye su base material: las carencias no satisfechas.

Es evidente que la imposibilidad de realizar lo mejor de cada individuo en un entorno social hostil, conduce a una transferencia de deseos puramente humanos al terreno de lo divino.

Las sociedades clasistas, por su propia estructura, (apropiación por una mi noria que posee en exclusiva los medios de producción, del producto y los bienes creados por un sector mayoritario de la sociedad que sólo posee su fuerza de trabajo; coacción y leyes opresivas...), impiden que los instintos o tendencias progresivas de hombre se desarrollen, obligándole, por el contrario, a mantener en tensión, ágiles y listas para su uso, las tendencias antisociales como el egoísmo o el individualismo a ultranza.

El socialismo, con su lucha por la eliminación de las clases —base imprescindible para una igualdad de hecho, no formal— del enfrentamiento de unos contra otros, etc., constituye la única esperanza para la liberación total real.

Dentro de un régimen socialista, las contradicciones individuo—sociedad son también fuente de conflictos, de tal manera que la respuesta al desafío que plantea la auténtica liberación humana, provocará el salto hacia nuevas perspectivas apenas entrevistas, ó el retorno a la alienación anterior. La conciencia se deriva de la existencia; la conciencia religiosa procede de una existencia limitada, reprimida en cualquiera de sus múltiples facetas
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1-El sentimiento religioso es producto de una serie de carencias humanas.
  • El hombre es mortal
  • El hombre no acierta a explicar todo lo que le rodea
  • El hombre está inmerso en una sociedad hostil que lo condiciona
2-La explotación del sentimiento religioso, predicando la resignación y la esperanza en una liberación en “la otra vida”, es reaccionaria y ayuda a los opresores que desean que nada cambie porque ya disfrutan de ese hipotético paraíso aquí en la tierra.

3-La mediocridad del hombre gris le obliga a concederse nuevas oportunidades, normalmente “creando” otra vida en el Más Allá.

4- Ofrecer, como recambio a la mediocridad humana, falsos objetivos que manipulan sus frustraciones, conduce al fascismo.

5- Sólo en una sociedad no represiva del socialismo en su última etapa o comunismo, propiciadora de lo progresivo, pueden eliminarse los sentimientos de alienación religiosa, porque en ella verá superadas la mayoría de las carencias que ahora transforma en ilusiones transterrenales.

6- La potenciación de una sociedad socialista auténticamente libre y no castrante de las potencialidades humanas, es la única garantía para la liberación religiosa.

7- La eliminación del miedo a la muerte será la última etapa de la liberación religiosa.

jueves, 12 de marzo de 2009

RÁFAGAS

  • Amaba tanto la vida que por temor a perderla se olvidó de vivir.
  • Vió su imagen reflejada en el espejo y comprendió que su vida había sido un fracaso.
  • ¡Cuánta verdad encierran los versos del poeta!: Quien posee Ciencia y Arte/también tiene Religión/quien no posee una ni otra/¡tenga Religión!

viernes, 6 de marzo de 2009

EL AGUIJÓN ON-LINE



Queremos ofrecer a los que en su día nos siguieron en esta aventura, la oportunidad de disponer de todos y cada uno de los once números del periódico "EL AGUIJÓN" con el que un grupo de entusiastas antifranquistas intentamos intervenir en la vida pública de nuestro municipio.



AGUIJÓN 1

En la época de la Transición, tiempo pródigo en ilusiones –aunque también de reconversiones aceleradas a la democracia– toman cuerpo iniciativas hasta entonces ahogadas por el autoritarismo de la dictadura franquista.

Este periódico, “El Aguijón”, fruto del entusiasmo y el activismo político de un grupo de personas escoradas a la izquierda es un ejemplo de ello.

El número 1 ve la luz en Diciembre de 1978.

La tirada es de 1000 ejemplares y por defectos de información entre la imprenta y los maquetadores el producto final ve la luz con una tipografía diminuta que hace difícil la lectura.

El periódico, por su tono satírico, es acogido con cierta expectación y su venta permite cierto optimismo.

El relato de la primera manifestación vecinal reclamando derechos elementales es una de las secciones.

Sócrates se hacía cargo de la Sección "Aguijonazos"

 http://www.scribd.com/doc/36450642


AGUIJÓN 2

Las elecciones a la Presidencia de la Unión Deportiva Orotava obligan a una intervención puntual – el fútbol, entonces (y quizás también ahora), era una plataforma desde la que ganar influencia para, desde ella, proyectarse hacia la política – que el “Aguijón” lleva a cabo utilizando las viejas armas del panfleto: una hoja volandera sitúa a los candidatos y trata de hacer una lectura de mayor calado.

En el horizonte próximo se adivinaban las elecciones municipales y ciertas "familias" se colocaban en la línea de salida.

http://www.scribd.com/doc/36450646

AGUIJÓN 3

En el ambiente comienzan a percibirse cambios y las viejas Corporaciones se baten en retirada. La Constitución de 1978 establece un nuevo escenario y las distintas sensibilidades políticas inician reagrupamientos y movimientos para enfrentarse a las próximas citas electorales; más en concreto a las municipales.

El movimiento obrero del sector de hostelería había decretado y llevado a cabo con éxito una huelga general. El "Aguijón" se hacía eco de ella.

http://www.scribd.com/doc/36450695

AGUIJÓN 4


Celebradas en marzo las elecciones generales, la inminente convocatoria de las municipales mantenía en vilo a los recien estrenados demócratas. Se iba a elegir a candidatos reconocibles – acreditados antifranquistas, franquistas reconvertidos, indiferentes, chaqueteros, etc. – y el morbo y la expectación eran grandes.

"El Aguijón" entrevistaba a las cabezas de cada candidatura y Sócrates en La Orotava y un reciente incorporado Tabengor en el Puerto desplegaban su mordacidad en la Sección de Aguijonazos.

Chano Hernández dibuja la portada.

http://www.scribd.com/doc/36450717


AGUIJÓN 5


¡Crisis en "El Aguijón"!: Los comentarios del número anterior –los Aguijonazos– no son asimilados por una parte de la Redacción y el sector ligado a la UPC abandona el periódico.

El candidato de UCD considera lesionado su honor y emprende acciones legales contra el períodico; sus redactores son procesados y se enfrentan a una condena por "injurias graves".

Hablan para el periódico los alcaldes del Valle.

Una amplia sección reflexiona sobre los mecanismos del sentimiento religioso.

Sócrates y Tabengor se ven obligados a desaparecer – el primero elige suicidarse apurando la cicuta y el otro corre a ocultarse en las cuevas de sus antepasados –; toman el relevo Voltaire y Chasna.

Gonzalo González inaugura las portadas ilustradas por artistas canarios.

http://www.scribd.com/doc/36450757

AGUIJÓN 6


Las fiestas populares ocupan el centro de este número del periódico y en su editorial proclama: "El Aguijón quiere homenajear a todos aquellos que – generalmente desde el anonimato para el gran público– han contribuido a mantener vivas estas fiestas de calle, barrio, zona o pueblo, porque su trabajo ha servido y sirve para reforzar el sentimiento solidario y de comunidad de nuestros pueblos; sentimiento profundamente amenazado hoy día en una sociedad parcelada, fragmentada e individualista".

También la marginación social encuentra su eco.

Los Aguijonazos pasan revista a la recien estrenada democracia municipal.

Domingo Vega es el autor de la portada.

http://www.scribd.com/doc/36450797


AGUIJÓN 7


"La cultura nos hará libres" –así pensaban los redactores del periódico– y por ello dedican este número a la enseñanza y la educación.

La cesión de la Biblioteca de D. Fernando del Hoyo y Dña. Laura Salazar al pueblo de La Orotava propicia una visita a la casa en la que se alberga. "El Aguijón" no puede controlar su emoción.

Pedro Garhel ilustra la portada.

AGUIJÓN 8

Los cambios que poco a poco iban instalándose en pueblos y ciudades nos movió a dedicar un número semimonográfico a la vida cotidiana.

Unas notas sobre el movimiento asociativo en el Puerto de la Cruz y sobre el quehacer de sus pescadores se complementan con la biografía de un barrio marginado: el Barrio de San Antonio.

"El Aguijón" en un rapto de epicureismo, encarnado en Omar Khayan, emprende un periplo por bares y tascas de La Orotava con resultados desastrosos –en el camino está a punto de perder a varios amigos que se sienten retratados.

La catástrofe que se produjo en la Isla en noviembre de 1826 recuerda parte de nuestra historia.


AGUIJÓN 9

La Iglesia siempre ha considerado como patrimonio el ámbito de la educación y entonces, como ahora, batallaba para retener unos privilegios de los que disfrutó durante el franquismo. No se recataba durante esa época negra de adoctrinar de forma feroz en los principios del nacional catolicismo y tampoco dudaba en proclamar sus concepciones que bien resumen las palabras de uno de sus adalides de entonces, el Cardenal Herrera Oria: "La educación nunca debe salir de las manos de aquellos a los que por derecho propio corresponde en primer lugar, o sea, a la Iglesia".

"El Aguijón" se consideró obligado a intervenir en la polémica que enfrentó a la Iglesia y el Estado y a este fin editó unas "hojas volanderas" que abrió con la frase: "Con la Iglesia hemos topado".

http://www.scribd.com/doc/36450864

AGUIJÓN 10

La agricultura fue siempre fundamental en la economía de nuestras islas y, de forma muy especial, en esta zona. El desarrollo turístico y el consiguiente desplazamiento del campo a la ciudad ha supuesto cambios de largo alcance en costumbres y mentalidades.

Nos pareció interesante rastrear en esta parcela de la actividad de nuestras gentes y a ello dedicamos varios artículos: El espacio geográfico del Valle, Agricultura de ayer y de hoy, Arte y Agricultura, Chasna: La historia de un barrio rural.

Completa el número un conjunto de artículos entre los que destaca uno dedicado a un líder obrero –Domingo Pérez Trujillo–, otro a una aproximación al estado de la Sanidad y un tercero en el que se hace un llamamiento a la recuperación de la Academia de Dibujo "Perdigón".

La portada es de Bernardino Hernández.

AGUIJÓN 11

El que sería el canto de cisne del periódico iba a estar dedicado a los niños y a los adolescentes.

Un recorrido por los juegos infantiles y por los juguetes de una época de autarquía acabaría desprendiendo, como no podía ser de otro modo, cierta nostalgia por un tiempo ya perdido.

Páginas con dibujos y microrelatos de niños de los colegios de la zona se complementaban con artículos en torno al rendimiento escolar, la visión estereotipada de los jóvenes y con un debate sobre el fracaso educativo.

El relato de la visita de una poetisa a la "Casa del Alemán", en la Calle Viera, pone un tono de novela de misterio –con aire gótico– a las páginas del periódico.

Las secciones habituales cierran el último número de una aventura estimulante.