A lo largo de un mes hemos tenido abierto en Facebook un foro con el título El comercio en La Orotava ¿tiene futuro? en el que pretendíamos realizar, por un lado, no sólo un diagnóstico de situación sobre la actividad comercial en La Orotava sino también sugerir iniciativas para incentivarla, y, por otro, acercarnos a lo que puede significar para la dinámica social y económica de nuestro municipio, la instalación, en fecha próxima, de la Universidad Europea de Canarias.
Vamos a presentar en una serie de tres artículos las ideas que en ese foro se debatieron, básicamente sobre el primero de los asuntos -el estrictamente comercial- pues, por razones que escapan a nuestra comprensión el tema universitario no generó aportaciones de relevancia. Quizás convendría centrar un nuevo foro en este tema que es, a nuestro juicio, capital.
UN POCO DE HISTORIA
Aunque no sea nuestra intención remontarnos al pasado para recordar etapas más gloriosas de la actividad comercial en el municipio, sí nos parece necesario dejar constancia de ciertos hechos que no sólo ayudan a entender actitudes y hábitos comerciales establecidos sino que, también, permiten traer a la luz responsabilidades concretas en el progresivo proceso de declive del comercio orotavense.
La Orotava disfrutó durante largo tiempo de una posición de privilegio comercial –semi monopolista– en toda la zona norte de la Isla: su influencia se extendía desde la Matanza-Victoria hasta Buenavista. El desarrollo de estos municipios provocaría la primera crisis comercial, fruto de la cual sería el cierre de diversos establecimientos y, más adelante, la creación de la Asociación de la Pequeña y Mediana Empresa de la Villa de La Orotava (APYMEVO) con la finalidad de responder a los desafíos que los nuevos tiempos requerían. La evolución sufrida por esta Asociación, cambiando el ámbito de su acción desde la Villa al Valle, ha tenido una importancia que no puede soslayarse y hacer mención a ello no es, ni mucho menos, una concesión a la nostalgia ni una apelación al victimismo porque sus rectores actuales son los mismos que jugaron un papel poco lucido en la defensa de sus asociados –su historia no los hace muy fiables y concederles excesivo protagonismo o dejar en sus manos la resolución de los problemas del presente y el futuro del comercio orotavense es un riesgo que entraña peligros evidentes
El desafío de entonces –la emergencia del comercio en otros municipios– no fue, sin embargo, radical porque la competencia no resultaba excesivamente agresiva y era, en todo caso, una pugna entre iguales; los habitos de compra y venta seguían siendo los mismos y, como señala alguno de los miembros del foro, “los comercios se limitaban a ofrecer y los consumidores a aceptar”: ¡la demanda no imponía sus reglas!
La irrupción de las Grandes Superficies en las que tenían acomodo franquicias innovadoras y con una política de ventas agresiva así como el paulatino desarrollo de un nuevo cliente que demandaba productos más modernos alterarían drásticamente el panorama: el desafío sí era, ahora, radical.
¿Pudo hacerse en La Orotava algo más de lo que se hizo para atenuar el impacto de la instalación de las Grandes Superficies en el Polígono Industrial de San Jeronimo? Seguro que sí y esa historia es necesario conocerla porque, otra vez, muestra no sólo la ineficacia de APYMEVO sino, lo que resulta peor, la aparente colusión de intereses entre su cúpula y los promotores de esa Gran Superficie. El nacimiento de OROPYME en el año 2005 es una consecuencia de la deriva señalada más arriba y de esa sensación de desasistimiento.
Por otra parte tampoco el Ayuntamiento apoyó suficientemente al comercio del núcleo urbano e, incluso en ocasiones y a su más alto nivel, se dejó obnubilar por la modernidad que a su juicio comportaban las nuevas instalaciones del Gran Centro Comercial: la política seguida en relación al crucial asunto de los aparcamientos en el pueblo es una muestra evidente de esta nefasta praxis –también en este asunto convendría aclarar el, como poco, turbio papel jugado por APYMEVO y la empresa Proyectos Inmobiliarios Las Arenas, propiedad del promotor del Centro Comercial La Villa, en el parking de la Plaza del V Centenario.
Las responsabilidades de unos –las asociaciones empresariales– y otros –los rectores del Ayuntamiento– las tienen que sustanciar los afectados –los comerciantes en un caso y los ciudadanos del municipio en el otro– en los foros que correspondan –la Asamblea de asociados y los comicios municipales. De nosotros depende, pues, en el ámbito que corresponda, premiar o censurar una gestión.
Para ampliar detalles de este recorrido veloz por una historia relativamente reciente consultar las entradas correspondientes en el foro y/o los enlaces siguientes:
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