- La filtración de los papeles de Wikileaks, además de poner al descubierto la trastienda de las relaciones internacionales y su, a menudo, repelente juego de máscaras, han mostrado de modo palpable la precariedad de los equilibrios que sostienen nuestro mundo y, a nivel doméstico, las relaciones de vasallaje entre nuestro país y el Imperio.
- Por otra parte, las apelaciones a unos inconcretos mercados como responsables últimos de las convulsiones de la economía y el efecto devastador que provocan en la vida de las personas nos está retrotrayendo a una época en la que el destino de los hombres no dependía de ellos sino del fatum de los dioses.
- Todo ello está produciendo en la ciudadanía una sensación de impotencia tan acusada que esta comienza, cada vez más, a abandonar toda pretensión de modificar la sociedad y a refugiarse en el más acentuado individualismo.
- ¿No será este el objetivo último de esta difusa e interesada confusión?
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