BILDU, INDIFERENCIA, INSENSIBILIDAD Y MALA CONCIENCIA

Las recientes elecciones municipales han permitido a la izquierda abertzale ocupar amplios espacios de poder en el País Vasco; el discurso de los que han defendido la legalización de Bildu, la coalición en la que aquella estaba integrada, han intentado primero minimizar el impacto que ha producido su potente irrupción hablando de un "voto prestado para dar fin a la violencia"  y, luego, ante unos inquietantes primeros gestos de sus representantes electos, de un "despilfarro de su credibilidad". ¿Y si lo que este voto reflejara fuera no solo la indiferencia de parte de la sociedad vasca por el dolor de las víctimas del terrorismo sino, también, un difuso intento de autoblanquear la "mala conciencia"? 

Durante todos estos "años de plomo" la adaptación de muchos a un entorno problemático y peligroso les ha llevado a adoptar posturas, definámoslas así, poco gallardas -mirando para otro lado, manteniendo un ominoso silencio, huyendo de la política, etc., (algo muy similar a lo ocurrido durante el franquismo).  Asumir ahora, cuando parece disminuir el peligro, la cuota de cobardía que a cada individuo corresponde no es tarea sencilla -a nadie le gusta reconocerse como un ser despreciable- y eso es lo que se haría penalizando a los que han estado del lado de los victimarios. El éxito de la apuesta servirá para entumecer, aún más, la sensibilidad de una sociedad enferma.