martes, 28 de junio de 2011

UNAS NOTAS PARA OTRA HISTORIA DE LA OROTAVA XII: La Asociación Cultural Valle de La Orotava y la Casa de la cultura (I)



El trastero nos ha devuelto papeles que guardan vestigios de una historia que nos ilusionó –hace ya más de tres décadas, durante los agitados años de la Transición– y que, como tantas otras, no acabó materializándose.

He sentido una extraña sensación al reconocer, en alguno de los folios amarillentos en los que se recoge, a lo largo de los primeros meses de 1977, la gestación de la Asociación Cultural Valle de La Orotava, los rasgos, para mí inconfundibles, de mi letra.

Mis recuerdos sobre ese proceso, pese a lo que allí se recoge –anotaciones y comentarios sobre el Proyecto de Estatutos–, no son, sin embargo, demasiado nítidos, probablemente porque mi participación en el mismo se realizaba bien desde la distancia que imponía mi residencia, por aquellos años –76, 77–, en la capital del Reino o, en todo caso, durante mis vacaciones estivales en la Villa. Los flecos de esta batalla llegan, no obstante, hasta el año 1979, cuando tienen lugar las primeras elecciones municipales.

Ya he mencionado en otro lugar que la desaparición física del Caudillo permitió la eclosión no sólo de múltiples iniciativas sino, también, la incorporación a la actividad política de muchas personas que, hasta entonces, o bien habían permanecido al margen de cualquier contestación a la dictadura o bien habían apuntado una más que tímida distancia respecto al Régimen franquista.

En cualquier caso, los aires que se respiraban eran otros y ya resultaba posible, incluso, dejar constancia en los periódicos de posiciones críticas con el Sistema. Así, en agosto de 1976 ven la luz en El Día una serie de cuatro artículos con el título La Orotava: Por una gestión democrática de los Municipios, bajo la rúbrica de Fernando Estévez, Fernando Delgado, Domingo Domínguez y yo mismo, en los que se hace un recorrido crítico por la realidad de nuestro pueblo; en el primero de ellos, dedicado a La cultura y el casco urbano, aparece una mención explícita a la Casa de la Cultura: Para nosotros, la puesta en marcha de una Casa de la Cultura en la que se recogieran las múltiples actividades que antes hemos reseñado y se potenciaran todo otro conjunto de ellas, es una necesidad actualmente imperiosa. El asunto merece un análisis más detallado y ya volveremos sobre él en otra ocasión. El tema estaba, pues, en la agenda, como mínimo desde esas fechas.

Será, sin embargo, a lo largo del año 1977 cuando el asunto adquiera mayor entidad y cuando acabe por ponerse en pie la Asociación Cultural Valle de La Orotava, al amparo de la cual van a desarrollarse múltiples iniciativas y proyectos. Con la pretensión de desarrollar su actividad en el Valle recoge en sus estatutos lo que sigue: Son fines de la Asociación crear, promover y sostener secciones culturales de Música, Teatro, Literatura, Cine, Artes Plásticas, etc. Potenciar la creación de Bibliotecas y Servicios de Lectura. Patrocinar Conciertos, Exposiciones, Representaciones, etc. Fomentar las actividades culturales, desarrollando cursillos y conferencias a cargo de destacados Asociados o de personalidades relevantes en la Ciencias y las Artes. Orientar trabajos de investigación históricos, artísticos y científicos y difundirlos mediante publicaciones que se creen al efecto. Velar por la conservación del rico patrimonio cultural de la zona.

La Junta Promotora de la Asociación Cultural Valle de La Orotava estaba constituida por Francisco Miranda, Isidro Álvarez, Juan Pedro Peña, Mª Teresa Rodríguez, Eulogio D. Méndez, Antonio Santos y Fernando Estévez, un variopinto equipo que incluía representantes de un amplio espectro político.

Durante los primeros meses de 1977, tiempos de movilización y activismo, tienen lugar múltiples reuniones y entrevistas en las recientemente creadas Asociaciones de Vecinos, en los teleclubs, colegios, Institutos de Enseñanza Media e instituciones que de una u otra forma tuvieran relación con la cultura en su más amplia acepción.

Será en ese periodo cuando se consiga, en abril de ese año, la legalización de la Asociación.

En uno de los papeles rescatados puede leerse el Orden del Día de una reunión del 25 de abril del 77:

1.- Informar sobre gestiones realizadas en la semana 18/24 de 1977

• Entrevista con el Alcalde
• Entrevista con Ramón y Cajal
• Entrevista con Asociaciones de Vecinos “La Perdoma”, S. Antonio, Los Pinos, Los Poyos, Villa Arriba, La Montaña
• Entrevista con Teleclubs Aguamansa, Las Llanadas, La Florida, La Cruz Santa
• Entrevista con Cima Club
• Entrevista con Instituto de Estudios Hispánicos
• Entrevista con Colegio Salesiano, La Milagrosa, Instituto, Banda Municipal, Asociación de Amas de Casa

2.- Aprobar el Comunicado

3.- Artículo en el periódico

4.- Planificación de la Asamblea

• Aspectos técnicos
- Desalojo local “Salón de Actos Ayuntamiento”
- Gran pancarta donde se reflejen los objetivos de la Sociedad, en el interior del local
- Pizarras en Bar Parada, Kiosko, convocando a la Asamblea
- Problema sillas
- Situación mesa Junta Promotora

• Aspectos programáticos
- Confección Orden del Día
 Exposición fines de la Asociación
 Lectura Estatutos. Su aprobación. Sobre las Comisiones
 Propuesta candidaturas: métodos a utilizar
 De las cuotas

El comunicado al que se hace referencia en ese papel, adquiriría forma y con el expresivo encabezamiento de POR UNA CULTURA POPULAR se dirigía a todos los vecinos y entidades ciudadanas en los términos que siguen:

Hemos vivido tiempos poco propicios para el desarrollo cultural de nuestros pueblo. Las deficiencias en materia educativa, la inexistencia de los más elementales medios de divulgación y la falta de interés en potenciar actividades culturales por parte de las instituciones oficiales, son parte de los obstáculos que han impedido la expansión del enorme potencial creador de la gran mayoría de la población. No tratamos aquí de dar respuesta a las causas que han originado esta situación. Con este comunicado sólo pretendemos dar a conocer a todos los ciudadanos una iniciativa que contribuya al fortalecimiento de una cultura alternativa.

En el marco del Valle de La Orotava, a esa iniciativa le hemos dado la forma de una asociación: Asociación Cultural Valle de La Orotava, y está concebida como un mero instrumento al servicio de los ciudadanos y entidades populares de los municipios del Valle. Sus objetivos son los de fomentar actividades culturales, en su más amplio sentido, no desde la perspectiva de hacer una cultura para el pueblo, sino entendiendo que una cultura popular es obra del despliegue creador del mismo pueblo. Por eso reiteramos nuestra convicción de ser sólo un medio de expansión cultural y no como la consecución de los objetivos culturales del pueblo.

En esa línea, la Asociación Cultural potenciará la creación de bibliotecas y salas de lectura con el fin de que el libro llegue efectivamente a todas las capas de la pobleción; así mismo, fomentará la utilización de los medios de comunicación como el cine, creando un cine club, el teatro, organizando talleres de teatro, la música, potenciando los centros de estudios musicales, la prensa, etc. Por otra parte, promoverá la investigación y los estudios de la realidad e historia de Canarias, en especial los concernientes a la zona del Valle, y se interesará por la conservación del patrimonio cultural de los distintos pueblos.

Sin embargo, resulta evidente que estos objetivos, que responden a las aspiraciones populares, sólo podrán ser alcanzados siempre y cuando la totalidad de los ciudadanos los hagan enteramente suyos. De igual manera, sin la exigencia ante los orbanismos oficiales de una potenciación real de medios tales como Casas de la Cultura en los distintos pueblos, dichos objetivos carecerían de cauces eficaces para llevarlos a cabo.

En este sentido hacemos, desde aquí un llamamiento a todos los ciudadanos para que tomen conciencia y con su activa participación creen las condiciones favorables para que esta Asociación logre plenamente sus fines.

Tras numerosas reuniones y de entrevistas, con las autoridades municipales y con los responsables de las entidades a las que hemos hecho mención más arriba, la Comisión Promotora de la Asociación –una vez legalizada esta– convoca, mediante octavillas y pancartas, la Asamblea Constituyente a celebrar el día 9 de mayo en la Sala de Sesiones del Excmo. Ayuntamiento de La Orotava.

En el Orden del Día de la misma se recogen los siguientes puntos:

1. Informe
2. Lectura de los Estatutos
3. Elección de la Junta Directiva
4. Delimitación de la cuota mensual
5. Ruegos y preguntas

En un salón lleno a rebosar –asistirían a la misma un centenar de personas– Fernando Estévez lee un extenso Informe en el que la Comisión Promotora explica las razones de la creación de la Asociación, expone las líneas de trabajo de la misma y da cuenta de las gestiones realizadas hasta entonces: Ninguna organización, en este caso asociación, nace espontáneamente. Es precisamente la toma de conciencia de una serie de problemas y necesidades que ya existían la que pone en movimiento la creación y utilización de una asociación como el medio más eficaz para vencer los obstáculos que impiden resolver esos problemas.

Para nosotros está suficientemente claro el desastroso panorama cultural en que se encuentran las distintas comunidades de las que formamos parte, más concretamente de los pueblos y barrios del Valle. No es necesario volver a enumerar las insuficiencias tanto materiales como de programación de actividades culturales que venimos padeciendo. Para constatar esa realidad sólo basta mirar a nuestro alrededor para darnos cuenta de que no existen centros culturales, que no se potencia su creación ni se ayuda realmente al desarrollo del nivel cultural de los ciudadanos. Durante todos estos años, la gestión de quienes se suponía responsables de la política cultural desde las instituciones oficiales, ha girado más en torno a la imposición de una cultura retardataria y trasnochada que a la solución efectiva de las necesidades culturales de la población. La tónica general ha sido la de cortar cualquier brote cultural que se presentara con ánimo de llegar al pueblo y sobre todo aquellos que nacían del impulso creador de las clases populares. Aquí hemos tenido algunos ejemplos elocuentes.

Después de este repaso en el que se sustancia el “estado de la cuestión” cultural en el Valle se justifica la necesidad de la creación de la Asociación de la que, vuelve a decirse que no nace espontáneamente; antes, al contrario, los que formamos parte de la Comisión Promotora y, lógicamente, otras personas teníamos conciencia de las deficiencias culturales de esta zona y en diversas ocasiones intentamos hacer frente a la situación. Muchos de esos intentos fueron positivos y de gran resonancia popular, pero se vieron frustrados por causas de todos conocidas. Hoy, al abrírsenos nuevas posibilidades nuestro deber sigue siendo estar en la brecha.

Se insiste en que no pretendemos hacer una cultura para el pueblo; el lema “Por una Cultura Popular” lo entendemos como un avance progresivo de una cultura que nace del pueblo y no tiene otro destinatario que él mismo. Nuestra intención es servir como instrumento, como un medio que pueda favorecer, en cualquier sentido, el que las capas populares puedan romper con la marginación cultural a que están sometidas.

Este deseo de funcionamiento horizontal se plasma en la organización del trabajo de la Asociación que no debe suplantar ni usurpar cualquier posibilidad de que el pueblo pueda manifestar sus inquietudes artísticas y culturales. En este sentido, trabajaremos para que las distintas entidades ciudadanas creadas por los vecinos, tales como las Asociaciones de Vecinos, Teleclubs, etc., sean los verdaderos protagonistas de las actividades en los barrios, consistiendo nuestro trabajo en una labor de cooperación en todos aquellos campos que dichas entidades nos pidan. Por otra parte, esa línea de trabajo ha de estar reflejada en el interior de la Asociación y para ello nos proponemos potenciar la máxima democracia interna en cuanto a la toma de decisiones, haciendo del trabajo colectivo la forma habitual de funcionamiento; más concretamente, basándonos en el trabajo autónomo de las distintas comisiones que se creen, teniendo la Junta Directiva un papel, fundamentalmente, de coordinación.

Acaba el Informe con una alusión a las dificultades de encaje de estos deseos en la reglamentación vigente: Reflejo de esta intención pretendieron ser los estatutos de la Asociación, pero las leyes siempre van por detrás de las necesidades. De cualquier forma, se ha procurado romper con los moldes tradicionales que entendían la Junta Directiva como el único órgano de decisión. También se ha procurado recoger un elemental derecho democrático como es el de que los cargos y representantes sean revocables en aquellos casos en que no cumplan con las funciones que les fueron encomendadas.

A continuación, Juan Pedro Peña procede a la lectura de los Estatutos que fueron aprobados sin objeción alguna por los asistentes – una anotación del Secretario en funciones señala el número, 103.

La elección de la Junta Directiva se ve precedida por unas consideraciones de la Comisión Promotora en las que se pretende conciliar la necesaria democracia y la eficacia: `[...] Hemos tratado de combinar dos criterios, por un lado el llevar a cabo la elección mediante un procedimiento democrático y, por otro, la búsqueda de las personas idóneas que impulsen la Asociación. Esto nos plantea algunas cuestiones que es preciso aclarar.

Evidentemente, lo primero que se debe tener en cuenta para elegir a los miembros de la Junta Directiva es el conocimiento, por parte de los que nos hallamos aquí reunidos, de las aptitudes y capacidad de los que se presenten o se propongan para la elección. La dificultad está en que, a nivel general, no disponemos ahora de ese conocimiento. Por una parte, porque hasta ahora las actividades culturales no se han podido desarrollar ampliamente y en esa medida tampoco hemos tenido oportunidad de conocer a los hombres y mujeres que destacaban en alguna que otra faceta de tipo cultural. Por otra, porque las pocas iniciativas que han logrado salir adelante se produjeron de forma aislada y fragmentaria, lo que impedía una indispensable coordinación de esfuerzos. Las experiencias e iniciativas más positivas o interesantes se han quedado marginadas, han sido represaliadas o no han podido ponerse en práctica por falta de medios.

Pero está claro que no podemos esperar a que todos nos conozcamos para decidir con absoluta garantía; es más, sólo podremos alcanzar un perfeccionamiento de los sistemas de representación cuando se hayan desarrollado más experiencias: poner en marcha la Asociación Cultural es una de esas experiencias.

Obligados a deshacer ese “nudo gordiano” la Comisión consciente de muchas de las dificultades y posibles incorrecciones que se pueden producir, ha creído conveniente hacer una propuesta a la Asamblea con el fin de dar una solución que, aunque no sea la más ideal, parece la más correcta en estas circunstancias; sugiere, pues, a la Asamblea los nombres de algunas personas que en otras ocasiones han trabajado, individual o colectivmente, en desarrollar actividades culturales y, en estos momentos, comparten criterios sobre lo que debe ser la Asociación Cultural.

La propuesta es la que sigue:

• Presidente: Fernando Estévez González
• Vicepresidente: Francisco Miranda Oliva
• Secretario: Juan Peña Díaz
• Vicesecretaria: Mª Luz Hernández Díaz
• Tesorero: Isidro Álvarez Correa
• Vicetesorera: Josefa Dorta Díaz
• Vocal de Cine: Julio Sánchez Pellicer
• Vocal de Música: Antonio Santos Cruz
• Vocal de Educación: Antonio Expósito Hernández
• Vocal de Investigación: Antonio Delgado Arbelo
• Vocal de la Mujer: Rosario García Torrents
• Vocal de Prensa: Abel Hernández Belza
• Vocal de Biblioteca: Domingo Eulogio Méndez García

Esta propuesta no impide que cualquiera de los asistentes opte a ocupar cualquiera de los cargos y, para ello, se abre un periodo de debate que se salda con el acuerdo de crear una nueva vocalía de la Juventud y otra de Coordinación con los Barrios y Asociaciones ciudadanas; compiten para presidir la primera Antonio Hernández Díaz –que resulta elegido– y Raúl González, mientras que la segunda se deja provisionalmente vacante hasta el establecimiento de posteriores contactos con representantes de esas Asociaciones; también hay que optar en la vocalía de Prensa entre el propuesto Abel Hernandez Belza y Cayetano Delgado Barreto –es elegido el primero.

Tras la aprobación de una cuota de 25 pesetas mensuales por socio, se levanta la sesión.

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