jueves, 22 de enero de 2009

CULTURA Y CRISIS

CULTURA Y CRISIS



Ciertos acontecimientos recientes, puestos descarnadamente de manifiesto con la crisis económica que se nos ha venido encima, muestran la fragilidad y vulnerabilidad de la “industria cultural”.

Multitud de organizaciones dedicadas a la difusión o a la creación de la cultura han visto reducidas drásticamente sus ayudas o, incluso, anuladas: su actividad está, pues, seriamente amenazada.

Los criterios utilizados por las instituciones oficiales – Gobierno, Cabildos o Ayuntamientos – para esa reducción o anulación son, por graciables, al igual que sucedió también al concederlas, oscuras, subjetivas y opacas.

Se pone, así, de manifiesto no sólo que ese monopolio que el Estado ha adquirido como garante y apoyo a la actividad cultural es esencialmente perverso, por el control y subsiguiente sumisión que comporta, sino que se entienden, también, con claridad las razones que dificultan el mecenazgo y la participación más activa de empresas y particulares en el ámbito de la cultura: diversificar los apoyos impide su manipulación.

1 comentario:

josé luis dijo...

¡Con el Estado(¿Quién es ese?)hemos topado! ¿A quién se puede recurrir? El problema está servido.