lunes, 1 de agosto de 2011

LA SILENCIADA HISTORIA DEL FRANQUISMO EN EL VALLE DE LA OROTAVA, UNA TAREA PARA HISTORIADORES



Por razones de diverso tipo llevo unos meses dedicado a la lectura de libros en los que se relatan hechos acaecidos en las islas durante ese periodo tan convulso que se extiende desde la proclamación de la II República hasta el agotamiento del franquismo. La violencia que se percibe en los aun escasos relatos que se ocupan de este atroz asunto explica con nitidez la atmósfera plomiza, propia de una comunidad enferma, con la que vivimos la adolescencia y el miedo que asaltaba a nuestros mayores al percibir los más mínimos atisbos de nuestra disidencia juvenil. Las secuelas de un enfrentamiento que fragmentó unas familias y destruyó otras estaban instaladas en el subconsciente colectivo de nuestro pueblo, como de tantos otros, y aun coexistían y se veían obligados a convivir víctimas y verdugos. 

Lamento ahora no haberme interesado más intensamente por conocer de primera mano los testimonios de muchas de aquellas personas -a las que conocí y traté- que vivieron esa época como actores y que, ahora, desgraciadamente han desaparecido; quizás, al sentir nuestro interés por conocer la historia de aquel sueño roto, su historia, hubiéramos podido romper ese muro de silencio que ellos mismos habían erigido para defenderse, para sobrevivir y, en muchos casos, olvidar.

La escasa atención que los historiadores locales han prestado a este periodo probablemente obedece a lo turbio del tema -¡no resulta agradable toparse con un cadáver en el propio armario!- y a su aun relativa proximidad, pero recuperar la memoria es de justicia y conocer los hechos es imprescindible para exorcisar definitivamente los fantasmas y los miasmas.


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